"Receta de cocina exquisita. Aprende a cocinar con esta receta. Receta explicada paso a paso, para ser una receta fácil de cocinar. Una delicia para los paladares más finos."
Receta de: victor
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Antes de que hubiese congeladores en las casas, el pulpo se preparaba "mazándolo" con un "fumeiro": se le daba de hostias hasta que uno se cansaba, sobre la piedra plana de un lavadero (tradicional, claro). Yo recuerdo a mi madre hostiando los pulpos. La verdad, la mujer echaba mucha adrenalina.
Con la congelación se evita uno estos menesteres, pues es bien sabido que el agua al congelarse aumenta de tamaño. Ese aumento de tamaño provoca que las fibras de carne se rompan.
El pulpo se descongela toda la noche a temperatura ambiente. No lo eches congelado al agua. Ni lo compres congelado tampoco, porque vas a pagar agua a precio de pulpo. Cómpralo fresco, con ocho patas y no excesivamente grande. El peso idóneo de un animal debería estar entre los 3 y los 5 kilos.
Se agarra el bicho por la cabeza y se introduce casi totalmente en agua hirviendo unos instantes (10 segundos). Se retira. Comprobarás que las patitas empiezan a encaracolarse. Vuelves a sumergirlo y lo retiras. Se habrán encaracolado más. No es que haya que sumergirlo tres veces (ese número es un mito): hay que sumergirlo tantas veces como sea necesario hasta que las patas se hayan encaracolado completamente. Luego, lo sueltas dentro de la olla (que no ha de ser a presión bajo
ningún concepto).
Pon a la vez en el agua hirviendo una cebolla pelada. Cuanto más grande sea el pulpo, más grande ha de ser la cebolla. Cuando la cebolla esté cocida, estará cocido el pulpo: nada de pincharlo para comprobar su estado de cocción. La cebolla, luego, se aprovecha aliñándola con sal, aceite y pimentón picante, igual que el pulpo. Muy buena.
No utilices nada de cobre, como se ha señalado "por ahí". El cobre es dañino para la salud. Eso del cobre es un mito que viene del modo tradicional de cocinar el pulpo: en las ferias (feiras). Allí se utilizan calderos de cobre. Pero el buen sabor del pulpo no obedece al cobre, sino a que el agua que se utiliza para cocinarlo no se cambia en
todo el día( sale muy caro volver a hacer hervir los cien litros o más de agua que contiene cada caldero). Así, pues, si uno se va a comer un pulpo cocinado a las 11 de la mañana, por ese agua ya habrán pasado quizá unos cincuenta kilos de pulpo con anterioridad. La sustancia que dejaron esos pulpos son los que dan buen sabor. El cobre, repito, es pernicioso (a la larga, no nos alarmemos). Alguien comentó en este
thread que lo que le da color al agua es el cobre. Esa persona creo que no ha cocinado un pulpo en su vida. El agua se vuelve de color cobrizo por el propio pulpo (y ya verás como te quedan las patatas).
El pulpo se corta en rodajas una vez cocido (pincha la cebolla para comprobarlo, no el pulpo). Se aliña con sal, aceite y pimentón picante al gusto (y en este orden, muy importante). Se debería servir sobre platos de madera. Y se debería comer con palillos, no con cubiertos metálicos. También, es muy importante que esté caliente.
Cuando lo cortes, observa el agujero central de las patas. Si es pequeño, es un buen animal el que te vas a comer. Si es grande, el animal ha sido capturado fuera de temporada.
Los cachelos no son patatas cocidas: ¡son patatas cocidas con piel y cortadas en rodajas!. Se lavan las patatas, se cortan en rodajas de un par o tres de centímetros y se cuecen sin pelar. No se cuecen a la vez que el pulpo, sino después, en el agua que quedó. Evidentemente, no se le come luego la piel
Cocinero vasco con restaurante en Lasarte (3 estrellas Michelin).
Santi Santamaría - Racó Can Fabes
Cocinero del restaurante El Raco de Can Fabes, situado en San Celoni.
Uno de los cocineros mas premiados por la Guia Michelin con 3 estrellas.
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