"Receta de cocina exquisita. Una delicia para los paladares más finos. Aprende a cocinar con esta receta."
Receta de: hezekiah
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Para hacer jalea de membrillo de soberana belleza, bondad, sabor y excelencia; adecuada para ser presentada ante un rey; y que se conserve buena durante mucho tiempo.
Tomad membrillos, muy maduros y amarillos, y partidlos en cuartos sin pelar. Quienes los pelan no saben porqué lo hacen, pues la corteza aumenta el aroma. De cada membrillo haréis cinco o seis pedazos y sacaréis las pepitas pues coagulan bien sin ellas. Cuando los hayáis cortado, ponedlos en una vasija llena de agua, pues se ennegrecerían si no estuvieran bañados en agua.
Los haréis hervir luego en una gran cantidad de agua hasta que queden casi deshechos. Cuando estén bien cocidos, colaréis el agua con un paño nuevo, muy espeso, y exprimiréis con fuerza toda la decocción. Tomaréis luego esta decocción: si hay seis libras de decocción tomaréis una libra y media de azúcar de Madera, lo pondréis en la decocción y lo haréis hervir a fuego medio hasta que se consuma mucho. Entonces, lo dejaréis a fuego lento, para que no se queme y dé mal color a la jalea. Cuando esté casi cocida, para conocer su perfecta cocción, tomaréis un poco, con una espátula o una cuchara de plata, y lo pondréis sobre un mármol. Si veis, cuando esté fría, que de la misma puede sacarse perfectamente una gota, redonda sin que se enganche, entonces está cocida y la sacaréis del fuego. Aguardaréis a que la espuma de encima se haya retirado y, luego, pondréis la jalea, caliente todavía, en recipientes de madera o vidrio.
Si queréis escribir algo o hacer alguna talla en el fondo del recipiente, podéis hacer-lo pues se verá con toda facilidad el color será tan diáfano que parecerá un rubí oriental. Tendrá excelente color y mejor sabor todavía, y podrá darse a los enfermos y a los que están sanos.
Nota del traductor. La jalea de membrillo es muy fácil de hacer, pues estos frutos contienen mucha pectina. No peléis los membrillos, frotadlos cuidadosamente para sacarles la pelusilla. Haced que los membrillos hiervan aproximadamente 1/2 hora en mucha agua (un litro de agua por kilo de fruta). Suspendedlos luego en un paño muy apretado sobre un recipiente para que el zumo vaya escurriéndose. Las proporciones de azúcar son insuficientes. Son necesarios 500 g de azúcar por kilo de zumo. Si seguís las recomendaciones de Nostradamus, vuestra jalea se cocerá al petit boulé o «pequeño punto de bola» ~. No os asombréis si todavía os parece líquida; al enfriarse se cuaja. Como ya se hacia en aquella época, podéis verter vuestra jalea en moldes de fondo decorado.
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