"Receta de Michel de Nostre-Dame, médico, mas conocido por Nostradamus."
Receta de: eric
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Otro modo de hacer Jalea de membrillo mucho más hermosa, más preciosa e igual en sabor: cierto que es mucho más cara, pero quien quisiere hacerla para príncipes o grandes señores, no debe hacer más que esta, pues sobrepasa a cualquier otra. Aquí no debe usarse en absoluto avaricia sino prodigalidad.
Tornad membrillos en número de doce o catorce, y peladlos con mucha delicadeza. Dividios en ocho o diez porciones y sacadles todas sus pepitas. Cuando estén así divididos y cortados, hacedlos hervir en mucha agua. Cuando los membrillos estén casi cocidos, añadís tres o cuatro libras de azúcar, y dejáis seguir la ebullición. Cuando hayan hervido bien, y queden hechos una pasta, los colaréis con un paño muy limpio y blanco, sin exprimir. Lo que se haya colado lo haréis hervir de nuevo en un cazo a fuego lento. Y cuando veáis que vuestra jalea está bien consumida, hacia el final, probaréis a menudo, con una cuchara de plata o una espátula muy limpia, si está cocida en su punto, si está bien coagulada. Lo sabréis cuando hayáis puesto un poco de jalea en un mármol o un plato y se solidifique. Entonces sacaréis la jalea del fuego, tras unos hervores más vivos pues, si no está cocida en su punto, con el tiempo decuece. Entonces la pondréis en recipientes de vidrio o madera, decorada con las armas o divisas heroicas que os plazcan. Aunque algunos ponen también las pepitas de los membrillos para hacer la jalea, no es necesario pues la pulpa es de idéntica calidad y naturaleza que el grano. Hay algunos, también, que para darle color añaden sándalo rojo o brasilina con agua de rosas. Os digo que no es necesario ni sándalo ni brasilina, pues por sí misma será roja como un vino escarlata o un rubí oriental.
Hacia el final, cuando comienza a consumirse y espesarse, se vuelve roja por sí misma. Y a menudo, por haber añadido tal o cual fantasía, al final ennegrece y se quema con lo que se estropea vuestra jalea. Pero tales adiciones sólo las practican gente inexperimentada, que no tienen ninguna experiencia en estos condimentos.
Guardaos, pues, de poner algo más que no sea azúcar y membrillos, si queréis hacer a la perfección esta jalea, propia y conveniente para ser presentada ante un rey. Cierto es que no será como la primera, pero sí de excelente belleza, y en verdad que sobrepasa a todas las jaleas que puedan hacerse en el mundo.
Para que mi palabra sea verdadera, me remito a los entendidos que, varias veces, la hayan hecho de este modo. Así se hizo para el difunto rey Francisco, el primero de este nombre, y luego para el Cardenal de Clermont, en vida legado de Avinon, y, según opinión de los creyentes, jamás se vio otra jalea igual. Y le fue ofrecida como presente, al difunto Gran Maestre de Rodas cuando regresaba de Rodas y pasaba por Aviñón, en el año mil quinientos veintiséis. Y la notable ciudad de Lyon gozó y goza de su fama y nombradía, incluso entre las mujeres.
B y appointment to the late King Francisco I»... Si creemos a Nostradamus esta es la receta de jalea de membrillo más célebre de su tiempo; ha llegado hasta nosotros en numerosas variantes: codoñate de Orleans, codoñate de Francisco I. Id a saber por qué Nostradamus nos dice que pelemos los membrillos en esta receta cuando, en la precedente, se burla de quienes lo hacen... En cambio, da pruebas de clarividencia en las proporciones: efectivamente son necesarios 2 kg de azúcar por 3 kg de frutas (alrededor de 15 membrillos). Haced cocer vuestra jalea al «petit boulé», sin añadir ningún colorante rojo, como la madera de sándalo o la brasilina, ni cualquier otra fantasía que Nostradamus no parece apreciar en exceso. En su época, efectivamente, se añadía vino blanco o tinto de Borgoña, según el color que se deseaba dar a la jalea. Durante la cocción, podréis añadir cáscara de limón o nuez moscada, lo que dará mayor gusto a esta real jalea.
Uno de los cocineros mas premiados por la Guia Michelin con 3 estrellas.
Santi Santamaría - Racó Can Fabes
Cocinero del restaurante El Raco de Can Fabes, situado en San Celoni.
Joan Roca - El Celler de Can Roca
El quinto mejor cocinero del mundo, especializado en cocina catalana.
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